Aventura de Troy

Recojo la pokéball, sintiendo el claxon de un coche quejándose de porque me puse en medio de la carretera. Lentamente me levanto, alzó mi mirada, y observo, absorto como, el Noctowl escapa por segunda vez de ser cazado. Esta vez rápidamente. Ando hacía el lado de la carretera, mientras dejó caer mis rodillas contra el suelo. Maldigo al pokémon, mientras recojo la segunda pokéball. He vuelto a fallar. He vuelto a fallar.

El miembro 'Troy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'20 caras' : 4

Hago reaparecer a mi Mareep, para que me alumbre. Estoy cansado, aún así, decido seguir andando. A ver cuando encuentro alguna posada donde pasar la noche.
El Mareep esta algo aturdido por el combate, pero se le han pasado los efectos de la confusión. Le rasco la oreja en señal de disculpa, y proseguimos con el camino.

No me hace mucha gracia, pero, como estoy cansado, decido acercarme, siempre al lado de mi Mareep. Espero que dentro hayan pociones.
También, de paso, me pongo a mirar los dos Magnemites. Me encantan los Magnemites.

-No, gracias. Mi pokémon esta débil después del enfrentamiento que he tenido con un Noctowl. ¿Cuando es?-Le preguntó mientras sacó la cartera. Mi Mareep parece estar algo cansado. Y a mi me duele un poco la espalda por cargar durante horas la mochila sin descanso.

Tranquilamente ande hasta mi habitación. Estaba demasiado cansado como para ponerme a observar mi alrededor. Aún así, me puse a observar por última vez a los desesperados Magnemites por conseguir una porción de electricidad.

Había perdido demasiado tiempo en aquel lugar, cosa que había propiciado mi tardana llegada. Vi a un chico, que, sin querer se había puesto a ver una de las escenas que no debería haber presenciado.
Lentamente me acerque a él, estaba claro que, a donde miraba, no era hacía la conversación, sino a los pokémon. Me recordaba a alguien.
-Chico...-Comence diciendole, mientras me acercaba.

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En la siguiente visita médica, estos me otorgaron una silla de ruedas para que pudiera moverme, ya fuera por el hospital, como por las afueras inmediatas, como un gran parque que había dentro de las fronteras de las equipaciones médicas. Al saber esto, me puse contento, sonreí mientras me levantaba de la cama, algo adolorido, y me sentaba en mi nueva silla. Al principio me costó, y la enfermera tuvo que ayudarme en los primeros metros de recorrido con la silla. Por suerte, era una silla eléctrica (No de aquellas que saltan chispas y te fríen), por lo cual solo tenía que mover una pequeña palanca.
Antes de esto, claro esta, me había vestido de forma en que pudiera andar tranquilamente durante unas horas por el parque. Con gran tranquilidad, agarré mis dos pokéballs que contenían pokémon, y me dirigí hacía afuera, atravesando y pasando a través de multitud de pasadizos y de rampas para descender finalmente hasta el parque.

Después de disculparme diez veces, le grité la atención.
-¡Oye! ¡Qué te has descuidado la pokéball!-Le grité mientras me rascaba la cabeza. Aún no controlaba muy bien el aparatejo.

-¿Doble?-Preguntó él mientras miraba la situación en la que se encontraba.-¿Estás segura de que aquí se pueden hacer combates?-
Miré a la chica, y no entendí porque se ponía así. Debería ser cosa de la adolescencia, pensé mientras ella recogía su pokéball.
El parque estaba al lado.

-Qué exagerada...-Murmuré sin entender lo que hacía a la chica presuponer que tendría yo pokémon. Aún así, había acertado, así que saqué mi primera pokéball y la deje impactar contra el suelo con mucha clase. De ella salió un Magnemite, que gritó ansioso.
Acto seguido hice lo mismo con mi otra pokéball, invocando a mi Mareep. En salir dejó ir un potente brillo que alertó sobre su condición.

Observe a los dos pokémon, y sonreí. La primera vez que podía ver un Onix. Era magnifico. Maravilloso. Y notaba como, cada vez más, estaba recubriéndose de acero, lo cual significaba que estaría dentro del proceso evolutivo. Pensé que lo mejor era usar a Magnemite contra él.
-Curiosos pokémon.-Le contesté, mirando entonces al Heracross. Era un gran ejemplar. Era bonito, y parecía bien adiestrado. Sería divertido verlo pelear.
-Magnemite, bomba sonica, y Mareep, de momento quedate detrás del Magnemite.-

En el momento en que vi al Heracross venir, le dije al Mareep que dejará ir una pequeña concentración de electricidad, que provocó que el Magnemite saliese atraído contra ella, con el consecuente fallo del ataque del Hercacross. Entonces, le grite al Mareep que le hiciera un placaje al Heracross.

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'20 caras' : 13

El ataque del Onix impactó de lleno contra el Magnemite, lanzándolo con fuerza contra el suelo, creando una gran ola de polvo y quebrando parte del suelo. Por su parte, el Mareep golpeó en la cara al Heracross para que este no pudiera usar su movimiento.
-¡Onda trueno!-
Eso provocó que, el Heracross, que seguía agarrado al Mareep recibiese una gran descarga eléctrica mientras el Mareep, impulsándose en el cuerpo del bicho, saltará hacía atrás para distanciarse de él.